Pequeñas Vacaciones {Pelirroja}

por **Ian J. Somerhalder** Lun Ene 03, 2011 3:34 am

Como era de esperar, todo aquél lío con Ashley me superaba. No podía creer que en cierto modo fuera su amante. Me sentía mal. Por mí, por ella, y por Joe. Al fin y al cabo el que sobraba allí era yo, y lo sabía de muy bien, aunque Ashley no le pareciera así. Ni tan injusto. En el trabajo todo iba bien, el rodaje de la serie marchaba fenomenal, aunque bien era cierto que necesitaba unas vacaciones cortas. De una semana como minimo. Aproveché entonces la semana que el Director nos daba para ponernos las pilas y venir más despejados al rodaje, y no dudé en pasar al otro charco. Inglaterra era bonita, y agradable, aunque el tiempo no acompañara a menudo. Pero eso era lo de menos.

Me instalé en un hotel, donde no era muy conocido para los del corazón. Así no tendría que ir con gafas, gorra y demás para que me dejaran pasear a gusto por aquella ciudad. Me ponían enfermo los paparazzis y ese tipo de gente. Aunque intentaba controlarme siempre. Aquél día me puse una cazadora de cuero negro, unos jeans y unas botas. No hacía mucho frío, aunque uno no se podía fiar mucho del tiempo. Había un puesto de patatas fritas y demás a lo lejos, así que opté por acercarme para coger algo de comer, poniendome a la cola.

por **Bonnie Wright** Lun Ene 03, 2011 4:28 am

El tiempo pasaba rozándome violentamente entre mis ojos, y aún sentía esa necesidad vacía en mis manos. Los días pasaban tranquilos, y sin nada más que hacer, admiraba el atardecer encerrada desde mi cuarto. No tenía la idea del porque, o cuando me había enfermado así de grave. La gripe si que me había pegado fuerte en aquellos sets localizados en Venecia. Había ido allá para terminar las tomas finales de mi próxima película, y así agarré el resfriado. Sacudí un poco mi cabello, sintiendo como los rayos de luz pegaban cálidamente. Me abrigué correctamente, y tomé el primer bolso que vi a la vista. Había decidió darme un paseo, ya hacía mucho que no salía por culpa de esa horrible gripa, y me sentía aislada de la gente alrededor.

No me importo tanto salir así como si nada, mi rostro ya era reconocido por esos rumbos y la gente se familiarizaba rápidamente con aquello. Continúe caminando sin rumbo alguno, simplemente sintiendo el aire puro atravesar mis pulmones, llenándolos, limpiándolos. Abrí bien mis ojos, verificando mi alrededor. Al parecer, no había tanto movimiento como lo había pensado. Moví mis hombros hacía arriba, tal vez era por la hora. Miré aquel puesto de comida chatarra, mi boca la saboreaba. Caminé con una sonrisa, colocándome detrás de un chico, que a simple vista podías asegurar que tenía un cuerpo bien formado. Encarné una ceja rápidamente, parecía tan conocido. Pero no... no podía ser. ¿Qué hacía justamente aquí? Negué internamente que no podía ser el, era algo... mis pies avanzaron un poco, y al ver aquella cabellera moverse hacía un lado, pude ver claramente ahora el rostro de aquel chico. Si, si era él. Traté de contener la emoción que yacía rápidamente en mi, pero era una felicidad desbordante encontrarlo por ahí. - ¡Ian! - exclamé en un susurro, balanceándome hacía el para darle un fuerte abrazo. -Caray, no lo puedo creer-murmuré, apegándolo hacía el abrazo.

por **Ian J. Somerhalder** Lun Ene 03, 2011 4:47 pm

La cola avanzaba lentamente. Al parecer todos se habían puesto de acuerdo para comer comida basura a esas horas. Me llevé las manos al pecho, y palpé los bolsillos de la cazadora en busca de un paquete de cigarrillos. No es que fuera un fumador compulsivo, aunque últimamente, con todo aquél agobio y estrés, fumaba más de la cuenta. Saqué el paquete, arrugado y casi vacío, y saqué un cigarrillo de este, guardándolo de nuevo en el bolsillo. Cuando fui a sacar el mechero del bolsillo derecho, alguien gritó mi nombre con algo de emoción, haciendo que varias personas se giraran para mirarme, aunque al ver que no pasaba nada raro volvieron a mirar hacia adelante.

Fue entonces cuando noté el abrazo de la pelirroja. Era imposible no reconocerla. Con ese entusiasmo tan característico de ella. Y sobretodo esa cabellera pelirroja. Correspondí al abrazo con una sonrisa en mis labios, sujetando el cigarrillo sin encender con estos. Me separé de ella, revolviéndole el cabello juguetón. – Y yo no me puedo creer que estés por aquí, granuja – le dije dándole un beso en la frente. - ¿Ya habéis acabado el rodaje? – pregunté pasándole un brazo por los hombros para medio abrazarla.

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