Compras de Navidad unos zapatos, y consejos?

Una mañana soleada, y era Navidad o eso ponía en mi calendario que tenía la lado de la mesita de noche, me levanté con pereza y con sueño, rasqué mi cabeza con cara de muerto-viviente, y fui a la ducha tan rápido como pude, sabía que tenía que comprar unas cosas y algo para Lea... en ese momento sonó el móvil y yo metido en la ducha, dejé que sonara y después salí para vestirme, mi camisa de color negro y mis zapatillas de Nike negras, que últimamente eran las más cómodas para mí y mis pies. Cogí las llaves de mi casa y cerré, hoy sin duda alguna iría a pie hasta el Centro Comercial de Los Ángeles, bostecé un momento y saqué las gafas de sol que llevaba encima, sonó el móvil de nuevo, esta vez lo cogí y con como de costumbre, casi se me cae, lo cogí con las dos manos miré el nombre y era Lea, puse mi móvil en la oreja y saludé-Lea!-exclamé con una pequeña sonrisa en la cara mientras escuchaba lo que Lea me contaba sobre mis Padres y lo que había recibido Timmy por Navidad, seguí mi camino y comencé a mirar las tiendas que por allí estaban desde comencé a vivir en L.A. Rasqué mi anuca y ni siquiera sabía por donde empezar , resoplé y Lea seguía hablando. Entré en la tienda de zapatos y miré unos que eran de color beís, para quien serían.. me quedé mirándolos durante unos segundos y sin más la corté al hablar-¿Que número de calzado usas Lea?-pregunté y se hizo primero un silencio y luego salió sin más, agarré con una mano el zapato que estaba allí así sin mas y luego, me encontré nada más delante de mis narices a una dependienta bajita y muy amable, ya la conocía de antes, era una vieja amiga de compras (?).
-¿El número 38 os queda?-le pregunté esperando que al otro lado la pequeña rubia no me escuchase y que no sospechara nada, la dependienta con una de sus mejores sonrisas, me trajo el número tenía un poco de tacón, pero ella ya tenía la edad suficiente como para andar en estos chismes, o como el castaño en ese mismo momento el mismo pensaba que eran los zapatos de tacón.Resopló al mismo tiempo al ver el precio de aquellos zapatos tan mínimos de tacón y que para él era una pasta, sin más quiebros de cabeza se los llevó, con cuidado acomodó su móvil en su hombro y pagó con tarjeta de crédito, que a final de mes pagaría sin rechistar.
Salió de la tienda y la pequeña rubia se cansó de hablar, colgó y con los dos dedos de sus manos limpio la pantalla de su Iphone y miró el mensaje de publicidad sobre su compañía de teléfonos, con la bolsa en la mano se dirigió a otro lado y miró varios escaparates uno en concreto que le llamó la atención y que era de figuritas de acción como las que él coleccionaba y que sus gatos Oliver y Mich se dedicaban a mordisquear cuando los dejaba solos en casa, se quedó un rato mirándolas y sabiendo lo que él quería para Navidad...